¿ES NUESTRA EVALUACIÓN PARTICIPATIVA? EL ESCÁNER DE LA PARTICIPACIÓN

por Sara Vaca

Como mi formación académica es Empresariales y empecé trabajando en el sector privado, fue un descubrimiento para mí el entender qué significaba “participación”, aunque fuera de forma teórica. Entendí que “participación” implicaba que varios grupos de interés tuvieran voz (y voto) en la toma de decisiones durante las cuatro fases de la evaluación: diseño, toma de datos, análisis e Interpretación… ¡Aaaah!, ahora lo entiendo.

Desde aquel momento, allá por el año 2012, empecé a fijarme que la mayoría de los informes de evaluación incluían en el resumen o en la metodología algo así como “esta es una evaluación (muy) participativa”, o incluso en el propio título (“evaluación participativa de…”), cuando en el fondo lo que querían decir es que habían consultado a muchas personas o a muchos grupos, ¡pero solo como informantes…! Yo me preguntaba porqué lo llamaban participación cuando en realidad querían decir una amplia muestra.

Como en muchos otros temas, aquí había un problema de falta de claridad y transparencia, en buena medida porque no “lo vemos”… Y eso es lo que me encanta de la Visualización de Datos (o de Información): que a pesar de todas sus limitaciones, da menos lugar a confusión.

Así fue que pensé que si se trataba de ver en qué grado distintos grupos participaban en las distintas fases, se podía visualizar en forma de una matriz. Tomando como base los “mapas de temperatura” (heatmap), donde cada casilla muestra con diferentes colores más altas frecuencias o intensidad, pensé en representar la participación de la evaluación en forma de uno de estos mapas, combinando las fases de la evaluación con los actores que participan. Y así nació el “Escáner de la Participación”.

Esta imagen describe la situación típica de la inmensa mayoría de las evaluaciones que conozco: el donante o la organización diseñan las líneas básicas de la evaluación en los Términos de Referencia, que luego son discutidos y ligeramente modificados por el equipo de evaluación durante la fase inicial. Luego, el equipo de evaluación realiza la toma de datos y el análisis, y en ocasiones los hallazgos se validan en un taller más amplio, ayudando así a la interpretación.

Sin embargo, una evaluación realmente participativa debería presentar celdas verdes (significando con ello una influencia relevante en la toma de decisiones) en actores tales como las comunidades, las autoridades locales u otros grupos igualmente interesados en la intervención que han sido por lo general sub-representados en las evaluaciones.

Posteriormente, he ido afinando y retrabajando el Escaner de la Evaluación, añadiendo la dimensión del ‘uso de los resultados‘ como la última de las fases del proceso evaluativo.

Por experiencia propia, en los contextos en los que he trabajado como evaluadora, es difícil mover el “poder” hacia las columnas de la derecha (actores locales y comunidad) -como con frecuencia he intentado sugerir y pocas veces he conseguido-, porque requiere más tiempo, recursos e inversión en el desarrollo de capacidades.  Sin embargo, en mis informes de evaluación suelo incluir el escáner en la sección metodológica, para que se vean los niveles de participación de cada grupo en cada fase, explico los factores que limitaron niveles más altos… y nunca digo que la evaluación fue “muy participativa”.