LA PARTICIPACIÓN EN LOS ESTÁNDARES PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. SEGUNDA EDICIÓN, JULIO 2021.

por Sergio Martinic y Luis Soberón 

El presente artículo presenta el proceso de elaboración de la reciente publicación, revisada y ampliada, de Estándares para América Latina y el Caribe. Se describe brevemente la metodología de trabajo seguida, destacando el carácter participativo de la misma y sus principales hitos y resultados. Luego, se aborda con más detalle la problemática de la participación, un asunto de especial preocupación presente en forma transversal en el conjunto de las cuatro dimensiones y 20 estándares que conforman el documento de Estándares (disponible en Español, Portugués e Inglés).

Construcción participativa de los Estándares

El Grupo de trabajo de ReLAC animó y promovió en el año 2017 y 2018 la presentación y discusión del documento estándares, elaborado en 2016 en seminarios, conferencias y jornadas con la participación de evaluadores de la región. Esto permitió difundir los estándares y recoger  sugerencias para su desarrollo y actualización. En el año 2019, el Comité Ejecutivo de ReLAC organizó conversatorios sobre los Estándares convocando a los participantes de los grupos temáticos de ReLAC a realizar una amplia  “re-mirada” al documento con el fin de reunir aportes para su revisión.

La participación de los grupos temáticos fue organizada en cuatro áreas: género y derechos humanos; pueblos indígenas; academia y competencias profesionales, y evaluadores jóvenes[1]. En cada área se realizaron tres reuniones: la primera de intercambio general y lluvia de ideas sobre temas de interés de cada bloque temático, la segunda y tercera reuniones para profundizar los temas de mayor interés y preocupación. Se elaboró un documento de síntesis especificando los principales aportes, cuestionamientos y sugerencias a nivel global del documento y a nivel de las dimensiones y estándares, incluyendo un anexo con las síntesis respectivas de cada bloque temático y la lista de participantes[2].

El año 2020 se amplió el Grupo de trabajo Estándares con nuevos participantes (coordinadoras/es y líderes de opinión de los grupos de conversación) lo que permitió incluir una mayor diversidad de perspectivas, experiencias y países de la región[3]. El Grupo de trabajo se constituyó en una Comisión de Expertos, asumiendo la tarea de revisar y elaborar un nuevo documento de estándares en base a los aportes de un amplio número de evaluadores de la región.

En la revisión se realizaron los siguientes pasos: reunión y revisión de los informes de etapas previas de conversación; elaboración de preguntas guías de lectura del material e identificación de principales temas y problemas; elaboración de matrices comparativas con propuestas de respuesta a las preguntas y temas identificados; desarrollo de perspectiva compartida, redacción de nuevos textos y validación. El proceso se centró en tres aspectos claves surgidos en los conversatorios: contexto social y cultural de América Latina; explicitación de principios y marco conceptual; y ejes transversales (género, derechos humanos e interculturalidad y pueblos originarios).

Un borrador del nuevo documento fue discutido y validado al interior del grupo de trabajo y posteriormente en una consulta a evaluadores de los grupos de trabajo de RelAC. Las sugerencias aportadas fueron resumidas en una matriz[4] que sirvió de insumo para una última revisión y redacción final de la nueva versión del documento, lanzada públicamente el 30 de agosto de 2021.

La participación en los Estándares

La participación es un tema clave en los Estándares, ubicado en la dimensión de relevancia y utilidad, bajo el concepto de participación efectiva, en el sentido de una evaluación que «toma en cuenta las perspectiva de las distintas partes involucradas». Esto implica desplegar un esfuerzo dirigido a identificar dichas partes, reconocerlas y promover su participación desde la fase inicial de diseño de la evaluación hasta la comunicación de resultados, previendo en el plan de trabajo los momentos y espacios de mayor pertinencia.

En los Estándares, las cuatro dimensiones que marcan la calidad de la evaluación son *Rigurosidad, *Ética y principios jurídicos, *Comprensión cultural, y *Relevancia y utilidad, desagregadas en un conjunto interrelacionado de 20 estándares con la siguiente distribución 5 – 5 –  3 –  7 estándares, respectivamente. La propuesta ha sido construida articulando los enfoques de derechos humanos, género e interculturalidad, así como los principios de ética e integridad profesional, equidad, transparencia, inclusión y de transformación de la realidad.

El requerimiento de participación efectiva tiene como preocupación de fondo los derechos e intereses de las comunidades, poblaciones y sectores sociales que las intervenciones de desarrollo buscan apoyar y que, en gran medida, en la región de América Latina y el Caribe, tienen una posición subordinada, con bajos niveles de acceso a recursos y servicios públicos, en condiciones de pobreza, y afectadas en sus identidades y patrimonio cultural, y discriminación.

Desde el entrecruce de los enfoques y principios planteados la participación efectiva debiera darse, por cierto, en el propio diseño y ejecución de la intervención de desarrollo. En la evaluación es necesaria, para incluir las diversas perspectivas y criterios de valor, favorecer el empoderamiento, y preparación para asumir los resultados de la evaluación de acuerdo con sus intereses de desarrollo. Son estos planteamientos los que llevan a considerar la participación como un elemento y condición central, así como sus ramificaciones e intersección en el conjunto de las dimensiones y estándares propuestos en el documento.

En las cuatro dimensiones los siguientes estándares son los que más nítidamente conciernen a una participación efectiva.

En la dimensión 1. Rigurosidad, el estándar que se refiere a «Preguntas evaluativas relevantes y consensuadas».

En la dimensión 2. Ética y principios jurídicos: «respeto a los derechos de las personas».

En la dimensión 3. Comprensión cultural: «igualdad y equidad» y «reciprocidad e interculturalidad».

En la dimensión 4. Relevancia y utilidad, ciertamente el estándar «participación efectiva» y el estándar «propósitos acordados mutuamente».

Articulando los estándares mencionados, la participación efectiva implica que, en el proceso de evaluación, los actores involucrados participen en la decisión de las preguntas que orientarán el trabajo evaluativo y, en el proceso de ejecución de la evaluación, reconociendo los derechos de las personas y comunidades en un plano de igualdad y equidad. Sin embargo, todavía queda por precisar cuándo la participación es efectiva y cuándo no lo es.

Para avanzar en esta precisión se puede tomar, del campo de la educación, el aprendizaje activo, aprendizaje que se da cuando la participación conlleva procesos cognitivos de reflexión, análisis, aplicación y transferencia de lo tratado en el proceso de enseñanza-aprendizaje.  Siguiendo esta vía de pensamiento, se podría decir que la participación efectiva en la evaluación ocurre cuando la comunidad o población –por medio de representación y procesos de diálogo colectivo- analiza, discute, reflexiona sobre los propósitos, preguntas y procesos en los diferentes momentos de la evaluación, en relación a sus intereses y perspectivas, sobre la relación e influencia de la intervención en su desarrollo actual y futuro.

Conclusiones

Desde la perspectiva de ReLAC, el documento Estándares es un documento vivo que al mismo tiempo que orienta las prácticas profesionales se perfecciona y actualiza en forma permanente. Con respecto a la participación, la expectativa es que de las experiencias de aplicación de los Estándares y de su sistematización y debate sobre la diversidad de situaciones experimentadas, se pueda hacer un desarrollo más amplio y específico de lo que sería una participación efectiva en la evaluación.

Más ampliamente, con relación a todo del documento, se prevé realizar una revisión y actualización periódica, recogiendo y sistematizando en el ínterin las experiencias prácticas que den cuenta de su aplicación y también aspectos conceptuales que permitan precisar y profundizar, así mismo, las orientaciones y definiciones planteadas. De este modo, a través de la participación y dialogo, va construyendo un marco orientador común, clave para la consolidación de la cultura y práctica profesional de la evaluación en América Latina y el Caribe.

Para una introducción a los Estándares, puedes ver el siguiente video animado.

 



[1] Los grupos y sus coordinadores fueron: Género y DD HH: Pablo Rodríguez Billela; Pueblos originarios y Evaluación desde el Sur: Andrea Peroni; Académicos y Competencias profesionales: Luis Soberón; Jóvenes: Andrea María Wherle y Sergio Martinic.

[2] ReLAC-Grupo de Trabajo Estándares. Conversatorio julio – diciembre 2019. Sistematización global de los aportes de las reuniones. Preparado por Luis Soberón (m.s.)

[3] Forman parte del grupo de trabajo: Fabiola Amariles (Colombi), Marcia Itzel Checa (Mexico), Celeste Ghiano (Argentina), Ana Luisa Guzmán (Costa Rica), Sergio Martinic (Chile), Andrea Peroni (Chile),  Luis Soberón (Perú) y Andrea María Wehrle (Paraguay).

[4] El taller y matriz de síntesis fue elaborada por Emma Rotondo (Perú)

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