Para las organizaciones de la Sociedad Civil, contar con un sistema que les permita dar seguimiento y evaluar su trabajo, es un mínimo indispensable si queremos contribuir con las transformaciones sociales que se esperan. El seguimiento y la evaluación es un pilar en nuestras estrategias de intervención, por lo cual es necesario preguntarse constantemente: ¿qué papel juega la evaluación en las organizaciones de la Sociedad Civil?, ¿qué tipo de evaluación es más apropiada y útil para estas organizaciones?, ¿qué cosas tener en cuenta a la hora de evaluar el trabajo?
Quienes formamos parte de TECHO hemos adherido a esta Comunidad de Práctica y Aprendizaje y somos socios de EvalParticipativa. Como protagonistas de esta experiencia, y con la intención de contribuir a la reflexión que otras organizaciones puedan dar, nos hemos hecho las preguntas antes mencionadas. Hoy queremos compartir nuestra propia reflexión y convencimiento respecto a adoptar un sistema de evaluación participativo. En los próximos siete puntos compartimos nuestros aprendizajes.
Promover la participación de comunidades vulneradas. Un sistema de evaluación permite integrar a las poblaciones que viven bajo vulneración de derechos, las que muchas veces no son parte de procesos de diagnóstico, diseño y evaluación de proyectos. Para TECHO es fundamental que reconozcan sus derechos a la participación, la libre opinión y la construcción de proyectos desde las necesidades y fortalezas de las mismas comunidades.
Mejorar el modelo de trabajo e intervención de TECHO. Para nuestra organización, el sistema de evaluación permite priorizar la visión y centralidad de las personas y comunidades con quienes se trabaja. Esto, a su vez, implica adoptar los siguientes puntos.
Aumentar la pertinencia de los proyectos, su cercanía con las comunidades y sus contextos específicos de desarrollo. Al igual que el punto anterior, es una oportunidad para ajustar la coherencia del modelo de trabajo de TECHO con los valores y modos de acción de la institución.
Recoger aprendizajes, estandarizar procesos y mejorar estrategias. Un sistema de evaluación permite mostrar: (a) la calidad del trabajo realizado, (b) las etapas, procesos y el impacto de los proyectos; y (c) los planes o maneras estratégicas de mejorar el trabajo de TECHO en la región.
Acercar las comunidades a la toma de decisiones de los proyectos. Un sistema de evaluación permite incorporar los criterios comunitarios al trabajo de TECHO, para adaptar los proyectos a cada territorio y contexto sociocultural de intervención socio-comunitaria.
Aumentar la eficacia del trabajo e intervención de TECHO. La eficacia de los proyectos se subordina a su nivel de adaptación a cada territorio y contexto socio-cultural específico, cosa que es posible relevar mediante un adecuado sistema de evaluación.
Potenciar el diálogo y la representación de las comunidades en los proyectos de TECHO. Un sistema de evaluación permite consolidar un plan de trabajo y de vinculación socio-comunitaria, que se sostenga sobre una comunicación democrática, horizontal y continua entre las comunidades, sus líderes y las voluntarias y voluntarios de TECHO. Esto permite estrechar confianzas, establecer lazos y desarrollar planes de trabajo con mayor alcance, durante y con posterioridad al desarrollo de cada proyecto.
Lo antes dicho representa no sólo la razón sino también la oportunidad para que en TECHO adoptemos un sistema de evaluación participativa. Sin duda, como ha evidenciado la experiencia que estamos llevando adelante, esto invita a mejorar nuestras estrategias de intervención, desde la visión y percepción de las propias comunidades. Además, se constituye como un sistema integral, que permite fortalecer y estandarizar los procesos y planes de trabajo a nivel regional, aumentando la capacidad de las comunidades y de la propia institución.
Creemos que estos puntos pueden acompañar los modelos de trabajo e intervención de más organizaciones de la Sociedad Civil. Invitamos a debatir en torno a ello, poniéndolos en relación con los contextos de cada organización y con los Estándares de Evaluación para América Latina y el Caribe.
María Jesús Silva Rozas | Coordinadora Equipo Evaluación Participativa