El sol decidió mostrarse con rayos fuertes que invitaban a que lo hiciéramos partícipe de nuestras actividades. Y así fue, iniciamos el segundo día en los jardines del hotel en el que se desarrolla el encuentro. Recapitulamos -y recalculamos- lo presentado durante la primera jornada, con una evaluación que no sólo sirvió como una dinámica divertida, sino que permitió reafirmar que el aprendizaje siempre es mejor cuando se hace en grupo.
El primer bloque de la mañana consistió en la presentación de tres experiencias que tuvieron como eje transversal el aprendizaje como herramienta para el empoderamiento colectivo.
– En la presentación “Reflexiones críticas: un monitoreo participativo para la eficacia propia, ONG-IDEAs en 11 países de Centroamérica y la Región Andina” se expuso cómo los procesos que tienen a la evaluación como un elemento transversal forman parte también de una apuesta política. Esto se debe a que la ayuda otorgada siempre resulta impactante, no sólo en términos de transferencia de recursos, sino también en cuanto a lo que supone para el desarrollo. Este desafío se torna posible a través de la capacitación de facilitadores, asesoría y acompañamiento para la aplicación y el análisis en la ONG y en los grupos comunitarios.
En esto se basa uno de los objetivos específicos de la ONG Ideas: fortalecer a grupos destinatarios en el análisis de sus potencialidades y necesidades en la planificación, monitoreo y gestión en el proceso del cambio para el ejercicio de los derechos. A su vez, propone la necesidad de encontrar el balance en la etapa del monitoreo de los proyectos, que no está dado sólo en la rendición de cuentas a los dadores, sino que éste tiene que ayudar en gestar el conocimiento para la construcción de aprendizaje y conducción. De este modo, será posible fomentar la participación y, con esto, lograr empoderar a través de estos proyectos que puedan fortalecer a los mismos grupos en la toma de decisiones y en la adopción de responsabilidades respecto a éstas.
– La presentación “Fortalecimiento relevo generacional Ccooperativas Junin, Perú, orientadas a la sostenibilidad organizacional y económica” generó una especie de dilema filosófico del tipo qué fue primero, el huevo o la gallina. La experiencia expuesta llevó a que l@s participantes se preguntasen sobre cuáles eran las diferencias trascendentales entre Evaluación Participativa y Sistematización. Esto debido a que la experiencia se basaba en la sistematización y no en la evaluación. De hecho, es aquí donde radica uno de los desafíos como facilitador/a: el ir más allá. Es que, en esta experiencia, mientras se realizaba el análisis en base a criterios, se propuso incluir a la participación. Se plantearon procesos de planificación, organización, seguimiento y control de acciones de proyectos, que incentivaron a la comunicación, toma de decisiones y estructuras organizativas. En este sentido, se propuso que la sostenibilidad se diera a partir de las condiciones básicas que aseguren la permanencia de los resultados en el tiempo.
-Finalmente, la última experiencia referida a “Actualización Diagnóstico Situación Derechos Humanos y Programa Derechos Humanos, Ciudad de México” sintetizó a todas las experiencias en un solo propósito: la participación como derecho humano. En este sentido, se propuso la necesidad de las revisiones de los diseños de proyectos, sus adecuaciones y reformulaciones. Particularmente en esta experiencia fue preciso un proceso de actualización del programa basal, haciéndolo incluyente, progresivo y multidisciplinario. A su vez, para que esto fuese posible era preciso garantizar una participación amplia de organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y entes públicos.
Plenario del encuentro: la importancia de la construcción de conocimiento entre tod@s
Durante los dos primeros días, hubo Paradas para acomodar las cargas. Lejos de referirse a una carga pesada sobre los hombros que impidiese el andar, esta dinámica consistió en que l@s participantes caminasen marcando huellas de debate en torno a las principales dificultades/limitaciones, ventajas y aportes, aprendizajes claves y desafíos de la Evaluación Participativa., aspectos que fueron considerados los ejes temáticos centrales del primer módulo del encuentro.
En cuanto a las dificultades/limitantes de EP, tod@s coincidieron en que, de base, las limitaciones de este tipo de evaluación tienen un matiz propio. Esto va más allá de la tiranía del tiempo, los recursos y los conocimientos. Estos factores, vistos a través del prisma de la EP, toman un matiz especial. En los roles, por ejemplo, l@s actor@s participantes se convierten en constructores de conocimiento y, a su vez, en una especie de co-evaluador@. En esta línea, es el evaluador@ quien también asume varios roles que van desde dar ánimo con una óptica positiva a generar instancias propositivas.
En este sentido, la diversidad no sólo está dada en la capacidad camaleónica del/a evaluador/a, también se coadyuva por la diversidad de objetivos, que puede conllevar a potenciales conflictos de intereses, lo que también influye en la construcción de la legitimidad de la EP y su validación ante diversos actores.
Para lograr esta legitimación se considera precisa la apropiación de la EP a través de la participación activa de l@s participantes, con un involucramiento dado desde el diseño. En este punto, se presentaron las ventajas y aportes de la EP, en la que l@s actores involucrad@s no sólo participan en la etapa de recolección de información, sino también en la construcción de objetivos. Es aquí donde se desprende uno de los puntos clave de la EP: ese diálogo horizontal entre quienes se involucran y promueven el ejercicio de la ciudadanía, logrando la escalabilidad con esos aprendizajes adquiridos en el proceso que promueve el empoderamiento, la ansiada apropiación y la no tan utópica cultura evaluativa.
De esas ventajas, también se desprendieron aprendizajes que por su singularidad son propios de la EP. Los aprendizajes en torno al rol del facilitador como agente dinamizador y creador de sinergias, la adquisición de esa actitud -y aptitud- flexible que no sólo tiene que ver con el/la evaluador/a, sino también en el diseño -siempre con la mirada puesta en que los contextos son diversos como l@s actores involucrad@s-.
Los tres puntos anteriores decantaron en los desafíos que la EP conllevaba: resolver esos conflictos de intereses propios del desarrollo de una evaluación con múltiples actores, poner un megáfono a la voz de los actores locales y que esto sea un reflejo en la práctica de la EP, el aprendizaje continuo, la necesidad de cimentar y promover una identidad propia de la EP que, a su vez, sea adoptada y multiplicada.
Finalmente, el día cerró con lo prometido: reflexionar en torno a las principales características de la EP y el rol del evaluador. Con la dinámica “El Naipe de la Evaluación Participativa” no sólo salieron a relucir las habilidades con los juegos de cartas de algun@s participantes, sino que se intentó construir un marco conceptual-referencial sobre EP surgido desde América Latina.
Lamentablemente no podremos darles un adelanto de lo acordado en este plenario, pero en un futuro no muy lejano podrán verlo en el manual de EP de la comunidad de práctica y aprendizaje EvalParticipativa.
No queremos cometer spoiler de lo que ocurrirá mañana en el encuentro, pero lo que pueden estar seguros es que ¡tod@s seremos participantes!
Acá una nueva galería de fotos del día de hoy. Saludos, y nos seguimos encontrando!