por Julia Espinosa Fajardo
La evaluación participativa parte de poner a las personas y sus necesidades diversas en el centro de los procesos evaluativos y, por ende, de los programas y políticas públicas. Con la inclusión activa de las diferentes voces a lo largo de todo el ejercicio evaluativo, posibilita un espacio para evidenciar la vulneración de derechos, los procesos de exclusión social y las desigualdades estructurales presentes en cada contexto.
En este sentido, se conforma como una oportunidad para hacer visibles las diferentes situaciones de discriminación y vulnerabilidad, así como avanzar hacia acciones públicas que se hagan en mayor medida eco de estas realidades y tengan más poder transformador. De este modo, la participación en evaluación se presenta como un proceso clave para avanzar en la profundización democrática, en el disfrute de derechos y hacerlo sin dejar a nadie atrás.
¿Qué nos muestra EvalParticipativa de la experiencia latinoamericana a este respecto? ¿Cómo podemos impulsar prácticas evaluativas con impacto en derechos, inclusión y equidad? ¿Cuáles son los desafíos existentes en la región?