Ya sea que se usen para analizar la realidad, facilitar la comunicación, construir puntos de vista colectivos, estimular la creatividad y facilitar la toma de decisiones o bien disminuir el predominio de algunos para dar lugar a la voz de los más tímidos, el uso de herramientas participativas es cada vez más valorado en el campo de la evaluación. Basta dar una vuelta por la sección herramientas de EvalParticipativa para advertir que estamos frente a ‘la gran boutique’ de las técnicas y dinámicas. Disponemos de un arsenal importante de herramientas, aunque no siempre sepamos cómo manejarlas. Parece existir un instrumento para cada situación o propósito posible, sin embargo recurrentemente necesitamos recrearlos o diseñar nuevas herramientas a la medida justa.
Seguramente todos quienes hemos facilitado procesos participativos nos hemos preguntado alguna vez cómo lograr el mayor involucramiento posible de múltiples actores en las actividades que planificamos. Seguramente también, ¡no siempre lo hemos logrado! Creemos que la evaluación participativa enfrenta, entre otros, el desafío de crear espacios de participación real, donde múltiples actores puedan ejercer un verdadero protagonismo en la agenda evaluativa.
Ya no alcanza solamente con comprender el sentido profundo de la evaluación participativa, sino que es necesario identificar y manejar las herramientas adecuadas para cada contexto social y cultural donde la evaluación se desarrolle. Es a partir de este desafío que proponemos esta reflexión, compartiendo algunas ideas y abriendo el juego a otras tantas que surjan de esta Comunidad de Práctica en torno a la desafiante tarea de elegir o crear las herramientas adecuadas para facilitar el proceso evaluativo.